«Ribery sólo ha venido al Bayern a hacerse un nombre, una reputación, pero él es un francés y el Bayern no le importa nada». Franz Beckenbauer, presidente del Bayern Múnich, no se muerde la lengua. El directivo está cansado de la actitud del futbolista galo y no ha tenido problemas en mostrar su malestar por la tensa y desagradable situación que se vive dentro del club alemán.
El hecho que ha desencadenado está virulenta reacción del mandatario germano es la lesión que, en teoría, padece el extremo y que le mantiene alejado de los entrenamientos de pretemporada. Estas dolencias son interpretadas como una forma de presión del jugador para lograr que el club bávaro le deje marcharse al Real Madrid, idea que ha sido rechazada sistemáticamente por la cúpula muniquesa.
Tampoco le ha sentado demasiado bien al directivo bávaro las informaciones aparecidas en los últimos tiempos en las que se indicaba que el galo podría abandonar la entidad el próximo verano cuando aún le reste un año de contrato. «¿Por qué firmar un contrato de cuatro años (...)
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